Presentación

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Estructuras de corrosión y superficie original en una pieza romana

Superficie original de magnetita artificial en un puñal prerromano

Tuvo fulgor la joya, y estaba bien tratarla
con el rigor que exige su rango de abstracción.

(Felipe Benítez Reyes. «Poética»)

La restauración de objetos de hierro de procedencia arqueológica tiene aún muy corta trayectoria. En el sentido tradicional, la reparación funcional de objetos de hierro es tan vieja como los primeros

ejemplares forjados, y no escasean los ejemplos de reparaciones durante la Edad de Hierro.

En el sentido moderno, la conservación y restauración de hierros de procedencia arqueológica posee sus propias coordenadas: estabilizar química y físicamente al tiempo que se preserva y facilita la lectura de sus contenidos de información arqueológica. En este sentido apenas tiene unas décadas, y su metodología y las técnicas de intervención están aún en constante proceso de maduración, adaptación y mejora.

Personalmente, buena parte de mi experiencia como restaurador de materiales arqueológicos se ha forjado entre ruinosos artefactos de hierro. Por mis manos han pasado varios cientos de piezas procedentes de diversos contextos arqueológicos y cronológicos del País Vasco: perromanos, romanos, tardoantiguos, medievales o modernos. Sin duda se trata de un conjunto muy numeroso, y a la vez representativo de un legado excepcional, más aún en una latitud como la nuestra, con unos elevados índices pluviométricos, en un territorio muy humanizado y con unos suelos a menudo muy poco propicios a la conservación de estos materiales. Estas intervenciones han sido mi verdadero aprendizaje, y reconozco que, sobre todo en los primeros años, lamenté a menudo la falta de una herramienta fundamental: un método más depurado de observación y análisis. Dado que estamos hablando de un patrimonio escaso y muy vulnerable, que además posee un valor no crematístico inapreciable, este comentario merece una reflexión.

En conservación y restauración es fundamental un cuerpo teórico bien construido que explique las necesidades, los valores y criteros que han de determinar las intervenciones. Pero es al mismo tiempo una actividad eminentemente práctica. Y es esta experiencia del día a día la que otorga el verdadero conocimiento al restaurador.

Dado el carácter acotado y reducido de este patrimonio arqueológico, y la condición de irreversibilidad de algunos de los tratamientos (estoy pensando en las limpiezas o preparación de las superficies de objeto férrico, que en ocasiones requieren notables modificaciones morfológicas del objeto desenterrado, a fin de hacerlo legible) se trata de un aprendizaje mediante experiencias únicas, no reproducibles ni transferibles.

Esta idea tiene un valor fundamental; cada intervención debe permitir obtener, y al mismo tiempo preservar, el máximo de información contenida, sobre el objeto en cuestión, sobre otros objetos de similar categoría (material, técnica, cotextual,..) y sobre la manera de abordar y penetrar en esos caudales de información. Siendo una praxis personal e intransferible, resulta fundamental la comunicación entre profesionales de la restauración y de la arqueología. Y además estamos en deuda con todos esos testimonios únicos e irrepetibles. Y, por qué no decirlo, con la sociedad que nos ha permitio ejercer esta profesión, en definitiva la verdadea depositaria de este legado.

Por todo ello (y por más razones que quizá se pudan expresar aquí con más calma), quisiéremos que este blog fuera un medio para la reflexión y puesta en común de ideas y experiencias de aquellos profesionales que estudiamos y manipulamos objetos de hierro de procedencia arqueológica.

Por nuestra parte intentaremos contribuir a mejorar la metodología de observación y discriminación de las estructuras de corrosión. Las manufacturas de hierro con recubrimientos de magnetita artificial, por su oposición a los recubrimientos espontáneos de magnetita natural, nos permitirán reconocer ejemplares en cierto modo paradigmáticos. Será ésta una manera de sacar el mejor provecho de nuestro aprendizaje: transmitir y hacer partícipes a otros de nuestras experiencias exclusivas e irrepetibles.

Las intervenciones en obras de pequeño formato son individuales, pero es importante que las observaciones sean debatidas en equipo. En este sentido os emplazamos a los restauradores y restauradoras que trabajáis en soledad para que toméis este blog como un espacio vuestro, para expresar vuestras propias ideas, observaciones y dilemas.

Agradecimientos

Brindo por la presencia a mi lado de Paloma e Isabel, dos excelentes compañeras, experimentadas profesionales y queridas amigas. Ellas son también parte fundamental para la realización de estos estudios.

Nuestro agradecimiento sincero a Armando Llanos, director de los trabajos arqueológicos en el poblado y en la necrópolis de La Hoya, Laguardia, Alava, por facilitarnos el estudio y la publicación de estos materiales.

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